Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Tú, que estás leyendo este blog y buscas motivos para estudiar Medicina, no te voy a decir que esto es vocacional como dice todo el mundo.

Nunca me planteé si estudiar Medicina o no, simplemente sabía que lo haría porque es lo que me haría feliz. Mi madre me decía que con lo aprensiva y sensible que yo soy, que me afecta mucho todo, que me voy a creer que tengo todas las enfermedades del mundo, que soy muy histérica y me pongo muy nerviosa para los exámenes, para estudiar, que me iba a volver loca de ahí a seis años… Mamá, estabas equivocada. 

Puede ser lo típico, pero yo empecé Medicina por el hecho de AYUDAR y hacerlo en todo lo que pudiera. Tenía claro que si no entraba en Medicina entraría en Enfermería, y no había ninguna otra opción, quería ayudar evitando la enfermedad, sanando y cuidando a las personas. Como tuve capacidad, fuerza y superación para sacar nota para Medicina, aquí me encuentro hoy escribiendo esto. Yo creo mucho en que las cosas pasan por algo, y creo que si me dieron esta capacidad de estudiar, de retener, de aprender, de comprender, de escuchar, de querer hacer a la gente feliz, creo que este es mi sitio, y no lo he dudado en ningún momento de la carrera.

Mi padre es médico y le he visto trabajar mucho y dormir poco, muchas guardias, muchas noches fuera de casa, muchos juicios y muchas horas delante del ordenador haciendo informes, pero aún así él siempre me ha animado, haciéndome ver que todo esto merece la pena; y si un médico dice eso, es por algo. Que la familia acuda a ti, que cuando se encuentren mal la primera persona en la que piensan en llamar sea a ti, puede ser la mejor forma de demostrarte que confían en ti y confían en que alivies su dolor, y eso es realmente bonito y es lo que engrandece esta profesión.

En estos seis años he aprendido que debo de disfrutar del camino, y no solo fijarme en la meta. No creo que en unos meses acabemos, creo que empezamos algo nuevo, cosas muy bonitas y no tan bonitas nos esperan, pero como digo, hay que disfrutar y aprender de todo lo que nos va llegando. No quiero ser una médico que tenga siempre la cara larga, que vea a sus pacientes como simples enfermedades y que esté muy quemada de su trabajo. Siempre he sabido que quiero ser médico y siempre he sabido qué clase de profesional quiero ser.

Tú, que estás leyendo este blog y buscas motivos para estudiar Medicina, no te voy a decir que esto es vocacional como dice todo el mundo (y en cierta manera yo también lo pienso), no te voy a decir que es la carrera más bonita del mundo (que para mi la es), simplemente decirte que si de verdad quieres dedicarte a esto trates bien a las personas siempre, aún cuando lleves 30 años de profesión y la rutina te alcance. No tratamos enfermedades sino enfermos, y cada persona se merece que nos desvivamos por su bienestar y su felicidad.

Después de estos años mi madre es la que más orgullosa está de mí, la que acude a mí, la que más se alegra cuando apruebo un examen y ve que todo el esfuerzo ha merecido la pena… 
Mamá, HE PODIDO, y puedo con mucho más.

Alumna de 6º Medicina de Valme. Universidad de Sevilla.

Bailarina, granjera y veterinaria. Eso es lo que yo quería ser de mayor. Por Irene PG

Eso es lo que yo quería ser de mayor. Nunca me atrajo la medicina. Es más, me repugnaba la sangre desde que fui pequeña. Mis hermanos conseguían martirizarme sólo con mostrarme las venas de Sus antebrazos dilatadas en un día cualquiera de verano. Y yo chillaba de como una tonta chivándome a mi madre. Es más, en primero de bachillerato estuve al borde del síncope el día que toco estudiar el tema de aparato cardiovascular. Llegó segundo y tocaba elegir. ¿Medicina? ¡Ni Hablar! No tenia mala nota pero aparte de mis problemas con la sangre reconozco que siempre he sido de ir contracorriente y me producía una especie de escozor el fanatismo que había en mi por clase por estudiar medicina sólo por el hecho de tener nota para Hacerlo.

La idea de ser bailarina había quedado descartada hacía muchos años. De hecho nunca había hecho ballet y mi trasero me había negado desde niña cualquier posibilidad de mantener el centro de gravedad en un relevé. Lo de Granjera me resultaba aun más gracioso. Yo era una chica de ciudad, pero siempre me habían gustado los animales y su sangre no me impresionaba. Así que todo parecía claro. Veterinaria. No se que jugada del destino hizo que cambiase la preinscripción en el último momento y pusiese fisioterapia en primer lugar antes que veterinaria. De hecho no sabia bien ni que era la fisioterapia. Sólo que duraba 3 años y que podría estudiarla en Salamanca. Suficiente.

Curse fisioterapia. Para mi desagrado ... ¡Ahí también había sangre! Pero para mi sorpresa, el intento constante para mantener hizo que llegase a tolerarlo bastante bien. La carrera me gustó mucho, pero según iba avanzando me daba cuenta de que las asignaturas vinculadas a la medicina arrastraban todo mi interés. Aun recuerdo unas navidades en las que me llevé un Harrison de la biblioteca solo para leer algunas páginas por puro placer. La medicina me estaba Buscando.

Terminé fisioterapia y sólo contemplaba la opción de medicina. Y aquí estoy. Teniendo en cuenta mi particular antesala de la carrera, estudiando mi "Año noveno" de medicina. Cansada a veces, entusiasmada siempre.

La historia nunca es tan fácil como parece cuando queda resumida un a u as líneas. No digo Que no habido haya habido lágrimas por el camino. Digo que las que he derramado con gusto. Dicen que para correr primero hay que caminar. Siento Que aun estoy caminando y tengo unas ganas tremendas de empezar correr.
Pero sí puedo decir tranquilamente que estoy disfrutando mucho del paseo. Seis años son mucha vida y no todo es medicina. He crecido más a lo ancho que a lo largo. He tenido de la compañía y el apoyo constante del que ha venido a llamarse mi novio. He compartido piso con una mujer de 90 años. He hecho muy buenos amigos. ¡Incluso he hecho ballet!

En estos últimos dos cursos en los que a veces flaquean las fuerzas, releo las palabras de una carta de esas escritas a mano, que me Llegó Hace un año: "Gracias por esos largos días estudiando. Gracias por elegir esa profesión"

Sí. En estos seis años he perdido a una amiga por una leucemia. Y cuando por momentos no encuentro el sentido a la medicina si al final, es la muerte la que gana, son sus propias palabras las que me lo devuelven de un soplido.

Bailarina, granjera y veterinaria. La instancia de parte puramente biomédica de la medicina ... ¿Acaso no es lo mismo la "veterinaria del ser humano"? ¿Y no es la medicina también un arte? ¿No es Una danza? Al final, mi "yo pequeña" no estaba tan desencaminada. Bueno, me queda la de parte de granjera. Quizás descubra la relación dentro de unos años. Esto sólo es el principio.

Después de una tarde escribiendo me doy cuenta de que sólo he contado una historia como otra cualquiera de los pasos que me han llevado a estar aquí, en sexto de medicina. Pero ¿cuales son los motivos para estudiar medicina? ¿Es el anhelo por el conocimiento de la fisiopatología? ¿Es el placer de la aplicación inmediata de la ciencia sobre un o? ¿Es ser partícipe de la estrechísima relación entre lo humanístico y lo científico? ¿Es poder llegar a trabajar directamente en algo tan intimo y valioso de como la salud de las personas? Todo esto es importante, pero admito que nada de eso me motivaría a estudiar medicina. ¿Entonces qué es?

Hago una breve pausa para merendar. El chocolate cada vez me gusta más. Negro y con almendras. Intento saborearlo mientras mi gato me muerde una mano con insistencia pidiendo juego. Me hace bastante daño pero se lo perdono ... por todas esas horas de compañía mientras estudio y esos buenos ratos desconectando corriendo los dos locos por toda la casa. El dulzor del chocolate se pasea por mi garganta justo cuando me quito al gato de encima para darle un beso. Entonces lo entiendo. ¿Motivos para estudiar medicina? No tengo. No hay motivos ni razones para aquello que se ama.

Alumna de sexto curso de medicina. Hospital Universitario de Valme. Sevilla

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