“Ser feliz es el objetivo de mi vida. Lo sé porque tengo un plan.” Así empieza uno de mis libros favoritos. Yo, tengo ese mismo objetivo. Y por supuesto, también tengo un plan.
Ser médico forma parte de mi plan para ser feliz, y aquí estoy, a punto de conseguirlo sin saber a dónde voy a ir a parar. Quiero ser una buena médico. Y desde hace más que algún tiempo, quiero ser una médico buena de Médico Sin Fronteras (o similar). El plan, egoístamente está encaminado a conseguir mi felicidad, y mi felicidad, directamente depende de los demás.
Ayudar a alguien es lo más bonito que hay en la vida. Es una forma de querer. Y ayudar, se puede hacer simplemente sonriendo a alguien mientras cruzamos el paso de cebra, con lo que de una forma u otra, conseguimos que el día de esa persona sea un poquito mejor... o ayudar también es dar ropa, ser voluntario de cualquier ong, cuidar de tu abuelo, guiar a un turista o darle los apuntes a un compañero. Es decir, para ayudar, no hace falta ser médico, sino simplemente ser buena persona. Pero el hecho de ser médico te da el conocimiento y el valor suficiente para ayudar a una persona en el momento que más lo necesita. Eso significa muchísimo, una barbaridad.
Tendré mucha responsabilidad, infinita, en determinadas situaciones. Y ese sentido de la responsabilidad, de pensar que quizás no esté a la altura, consigue que haya días que me plantee si no escogí un camino demasiado duro para llegar a mi meta… Sólo es cuestión de ver las noticias, de pensar por qué escogí este camino, de ir al hospital a hacer alguna práctica o simplemente, es cuestión de tiempo. El hecho es que, a veces antes y a veces después, vuelve a aparecer ese gusanillo que te empuja a estudiar mucho, mucho mucho, que te empuja a querer aprender todo lo posible para aplicarlo el día de mañana. Y ser un buen médico. Y ese gusanillo, a mi me indica que voy por el camino correcto. Que tengo un objetivo y voy a conseguirlo. Nadie dijo que fuera fácil.
Mientras tanto, día a día, cuidemos del abuelo y crucemos la calle con una sonrisa, que no es poca cosa.
Blanca V. P. 6º HUValme.